Un nuevo sensor de hidrógeno, desarrollado por científicos de la Universidad de Manchester, promete mejorar la seguridad y la confiabilidad en la transición hacia la energía limpia de hidrógeno.
A medida que el mundo se dirige hacia fuentes de energía más limpias, el hidrógeno se está convirtiendo en un actor clave para alejarse de los combustibles fósiles. Sin embargo, su naturaleza altamente inflamable y sin olor presenta desafíos de seguridad significativos. Ahora, los científicos de la Universidad de Manchester han desarrollado un sensor de hidrógeno revolucionario que es pequeño, asequible y altamente eficiente, superando a los detectores comerciales actuales.
La investigación, realizada en colaboración con la Universidad de Ciencia y Tecnología del Rey Abdullah (KAUST) en Arabia Saudita, fue publicada en la revista Nature Electronics. Este sensor puede detectar incluso pequeñas cantidades de hidrógeno en cuestión de segundos, lo que lo convierte en un cambio de juego para industrias, hogares y redes de transporte que dependen de la tecnología de hidrógeno.
“Este sensor podría ofrecer un avance en la tecnología de seguridad del hidrógeno”, dijo el Profesor Thomas Anthopoulos, experto en Óptoelectrónica Emergente en la Universidad de Manchester. “Al combinar asequibilidad, confiabilidad y alto rendimiento, tiene el potencial de transformar la forma en que manejamos el hidrógeno en diversas industrias. Espero que nuestro sensor orgánico ayude a construir confianza en las tecnologías emergentes de hidrógeno, haciéndolas más accesibles y seguras para todos.”
El sensor funciona basándose en el proceso de “p-doping”, donde las moléculas de oxígeno aumentan la concentración de cargas eléctricas positivas en un material semiconductor orgánico. Cuando está presente el hidrógeno, reacciona con el oxígeno, revertiendo el efecto y causando una caída rápida en la corriente eléctrica. Este cambio es rápido y reversible, funcionando eficientemente a temperatura ambiente hasta 120°C.
Probado en escenarios del mundo real, el sensor detectó con éxito fugas de tuberías, monitoreó la difusión de hidrógeno en espacios cerrados e incluso realizó la detección de fugas aéreas cuando fue montado en un dron. En todos los casos, superó el rendimiento de los detectores portátiles de hidrógeno convencionales, destacando su potencial para una implementación generalizada.
Además, el sensor es ultrafino y flexible, lo que lo hace ideal para su integración en dispositivos inteligentes para el monitoreo en tiempo real de los sistemas de hidrógeno. Los investigadores están trabajando ahora para mejorar el rendimiento del sensor y asegurar su estabilidad a largo plazo en diferentes entornos.