El centro tecnológico español AIMEN ha logrado un avance significativo en el ámbito de la fabricación aditiva aplicada a la aviación: la impresión 3D de un tanque criogénico diseñado para almacenar hidrógeno líquido como combustible aeronáutico. Este desarrollo se enmarca dentro del proyecto europeo OVERLEAF, cuyo objetivo es crear sistemas de almacenamiento ligeros, seguros y sostenibles para la aviación basada en hidrógeno.
Un proyecto colaborativo para la aviación sostenible
El proyecto OVERLEAF, financiado por la Unión Europea, reúne a diversos actores especializados: la firma de ingeniería aeroestructural Aciturri, el centro de investigación francés Canoe, la empresa italiana Icons, el especialista en materiales avanzados Arkema, el instituto de plásticos Aimplas, el laboratorio rumano de criogenia ICSI, y las universidades de Delft, NTNU y Girona.
Cada socio aportó conocimientos específicos: TU Delft trabajó en detección de fugas y sensores; la Universidad de Girona realizó ensayos mecánicos; Aciturri diseñó el tanque; ICSI se encargó de la dinámica de fluidos computacional (CFD); y Arkema desarrolló el material aislante.

Un tanque funcional a -250 °C y fabricado con materiales sostenibles
El tanque cuenta con un diámetro de 1.5 metros y está compuesto por un núcleo termoplástico y una carcasa exterior de polímero reforzado con fibra de carbono (CFRP). AIMEN utilizó una celda robótica para producir el tanque en 100 horas, utilizando un material biobasado con fibras naturales, lo que facilita su reciclaje. Esta combinación de materiales termoplásticos, estructuras de múltiples capas y espumas aislantes podría ofrecer una solución resistente y sostenible para futuras aplicaciones aeronáuticas.
Innovación en manufactura y sostenibilidad
El uso de fibra de carbono alternativa y biobasada representa un avance clave, considerando el creciente interés de la industria aeronáutica por materiales más seguros, livianos y reciclables. Además, la estrategia de producción mediante celdas robóticas demuestra ser una vía económica para la fabricación de componentes de gran tamaño.
Según Pablo Romero, líder del grupo de I+D en Fabricación Aditiva de Composites en AIMEN:
“Esta es una solución tecnológica que marcará un antes y un después en la fabricación de componentes para aviación sostenible. Hemos aplicado todo nuestro conocimiento en robótica, fabricación aditiva y diseño de procesos para resolver un reto altamente técnico.”
Por su parte, el investigador Xabier Pérez añadió:
“Este proyecto demuestra cómo la tecnología puede responder a los grandes desafíos de la descarbonización. Invertir en hidrógeno como vector energético también implica transformar los sistemas que lo hacen viable, y AIMEN tiene mucho que aportar en ese proceso.”

Hidrógeno en aviación: desafíos y oportunidades
Aunque el hidrógeno ha tenido una relación compleja con la aviación —desde el desastre del Hindenburg en 1937 hasta las preocupaciones de seguridad actuales—, su potencial como fuente de energía limpia sigue siendo alto. Según datos recientes, solo el 0.5% de los incidentes con hidrógeno están relacionados con vehículos; la mayoría se debe a problemas en almacenamiento, transporte y procesamiento.
Con descubrimientos recientes de grandes depósitos de hidrógeno natural en Europa y un fuerte respaldo institucional, el hidrógeno se perfila como una alternativa estratégica frente al petróleo. Sin embargo, aún existen desafíos de percepción pública, normatividad y validación tecnológica, especialmente cuando se utilizan materiales poliméricos en estructuras de alta presión.
A pesar del escepticismo que algunos sectores mantienen sobre los tanques de presión hechos con polímeros y termoplásticos, las soluciones desarrolladas por el proyecto OVERLEAF podrían allanar el camino para aplicaciones menos críticas y más accesibles a mediano plazo.
