Bosch ha instalado una impresora 3D de metal de última generación en su planta de Núremberg, Alemania, convirtiéndose en el primer proveedor automotriz de nivel 1 en Europa en operar este tipo de equipo. La compañía invirtió aproximadamente seis millones de euros en el centro y en la instalación de una impresora Nikon SLM Solutions NXG XII 600 . Este sistema, equipado con doce láseres, es capaz de producir componentes metálicos hasta cinco veces más rápido que las tecnologías de impresión 3D anteriores.
La nueva instalación puede fabricar piezas metálicas complejas para diversas aplicaciones, como sistemas de hidrógeno, carcasas de motores eléctricos y bloques de motor para competición. La impresora crea estas piezas fundiendo capa por capa polvo metálico mediante archivos de diseño asistido por computadora (CAD), lo que permite la producción de estructuras internas intrincadas y canales curvos que serían difíciles o imposibles de lograr con métodos de fabricación convencionales.
Las capacidades de producción del sistema son significativas, con la capacidad de fabricar hasta 10,000 kilogramos de piezas metálicas al año a velocidades de hasta 1,000 centímetros cúbicos por hora . Según Bosch, esta tecnología puede reducir drásticamente los tiempos de producción, especialmente para componentes como bloques de motor, cuya fabricación tradicional puede tardar hasta tres años desde el diseño inicial hasta la producción en volumen utilizando métodos convencionales.
“Utilizar la impresora 3D para fabricar componentes no solo aumenta la sostenibilidad en la producción, sino que también permite a Bosch responder de manera flexible a fluctuaciones en los tamaños de lote y ofrecer todo desde una única fuente,” afirma Alexander Weichsel , gerente comercial de la planta de Núremberg. El sistema opera con un mínimo desperdicio de materiales, contribuyendo a la conservación de recursos.
Esta nueva instalación forma parte del compromiso de Bosch por avanzar en las capacidades de fabricación en Alemania. La tecnología servirá principalmente a aplicaciones automotrices, pero también ofrece beneficios potenciales para las industrias de energía y aviación. Además, elimina la necesidad de moldes complejos y puede entregar componentes terminados en cuestión de días después de recibir los datos de diseño.
Crédito de la imagen: Bosch